Según la Organización Mundial de la Salud (OMS); los trastornos mentales se caracterizan por una combinación de alteraciones del pensamiento, la percepción, las emociones, la conducta y las relaciones sociales. Las causas principales de estas enfermedades pueden tener su origen en situaciones diversas. Desde haber experimentado una situación traumática, hasta haber estado sometido a situaciones de estrés o haber sufrido accidentes en nuestro lugar de trabajo. Otras causas se encuentran en la propia mente de la persona como el trastorno bipolar o la esquizofrenia, ó en factores epigenéticos como el Alzheimer.
Cuando el trastorno resulta grave e invalida a una persona, se hace necesario suplir su capacidad con un representante legal, en todos aquellos actos donde se requiera el consentimiento y la voluntad de la persona.
Salud mental e incapacidad
Según datos de la Confederación Salud Mental España, entre el 2,5% y el 3% de los adultos padece una enfermedad mental grave. Es decir, más de un millón de personas en la actualidad, ascendiendo el porcentaje de trastornos mentales leves, al 9%. Atendiendo a la Encuesta Europea de Salud en España de 2014, realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), y en referencia concretamente a la depresión; más del 15% de la población española presenta sintomatología depresiva de distinta gravedad.
La salud mental influye en nuestras relaciones personales, sentimentales y familiares, adquiriendo un papel fundamental en nuestra capacidad para trabajar. No son pocas las ocasiones en las que sufrir una enfermedad mental implica la pérdida de empleabilidad. Ello hasta el punto de resultar incompatible con el ejercicio de una determinada profesión u oficio.
Esta realidad, se traduce en el ámbito laboral en solicitudes cada vez más frecuentes de una pensión por incapacidad permanente. Gracias a la reciente sensibilización y concienciación hacia los problemas de salud mental presentes en nuestra sociedad, las enfermedades mentales van siendo reconocidas como causa de incapacidad. De hecho, no son pocas las sentencias judiciales que conceden una incapacidad permanente por trastorno mental o trastorno de la personalidad.
La Ley General de la Seguridad Social (LGSS) define la incapacidad como:
“La imposibilidad, tanto temporal como permanente, de realizar, de forma parcial o total, el trabajo por parte de un asegurado, debido a una enfermedad, común o profesional y a accidente, sea o no de trabajo”.
Son cuatro los tipos de incapacidad permanente, Parcial, Total, Absoluta y Gran Invalidez. Se asignará una u otra dependiendo del grado de afectación que tenga la enfermedad a la hora de trabajar. Siendo la gran invalidez aquella situación en la que no es posible realizar ningún desempeño profesional, existiendo medidas de protección para garantizar sus ingresos económicos.
Médicos evaluadores
Como hemos comentado al inicio, la valoración del estado de la salud con el objetivo de conceder o no una incapacidad permanente lo realiza el EVI. Este equipo lo forman únicamente médicos evaluadores. Generalmente un médico inspector y otro facultativo.
En algunas ocasiones, como ocurre con la valoración de una incapacidad laboral por trastorno mental o de la personalidad; existe el riesgo de que el daño psicológico quede invisibilizado ante muchos tribunales y facultativos médicos.
Por ello, lo más recomendable es aportar un informe psicológico pericial junto al resto de documentos del historial desde el inicio del procedimiento administrativo.
Enfermedades incapacitantes
Al solicitar la incapacidad permanente por enfermedad mental lo primero que se debe tener en cuenta es que no existe un listado oficial de trastornos mentales por los que se conceda la incapacidad. Siendo esto lo que dependerá de cómo afecte al individuo en el desempeño de su profesión habitual. No obstante, los Tribunales españoles han reconocido las siguientes enfermedades como incapacitantes y merecedoras de una pensión en algunas de sus sentencias:
- Trastorno Depresivo Mayor. Es, según la OMS, “un trastorno mental frecuente que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer. Sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de atención”. Es frecuente que la depresión vaya acompañada de otras patologías, como la fibromialgia, facilitando así la consecución de una incapacidad permanente.
Por ejemplo, el Juzgado de lo Social nº26 de Barcelona en la Sentencia Nº45/2021, reconoció a Nadia; una recepcionista de un centro especial de empleo, la incapacidad permanente por depresión mayor y fibriomialgia crónica. Ello tras haber retirado el INSS su pensión de incapacidad absoluta. Además se obliga al INSS a que se le abonen los atrasos no percibidos desde aquel momento. Nadia recibe desde entonces en su pensión mensual; siendo lo equivalente a la diferencia entre el importe de la incapacidad total y la absoluta que dejaron de ingresarle durante todo ese periodo de tiempo.
- Distimia. Es un trastorno depresivo persistente, un tipo de depresión continua y crónica, algo más leve que la depresión.
Un ejemplo de sentencia favorable por distimia es el caso de Araceli, que tras negarle la Seguridad Social la incapacidad permanente; tramitó una Reclamación Previa que también fue desestimada. Tras diversas batallas en las que no sólo no se quería conceder a la enferma la incapacidad permanente; sino que el tribunal médico desvirtuaba su enfermedad, e incluso la defensa contraria intentaba desacreditar la opinión médica de sus psiquiatras, Araceli recibe por fin la incapacidad permanente por “un cuadro singularmente grave, revelador de una capacidad psicofuncional muy deteriorada”; tras revocar las resoluciones del INSS. Juzgado de lo Social nº28 de Barcelona, Sentencia Nº 72/2021
- Trastorno Bipolar. Se trata de un trastorno mental que puede ser crónico o episódico, provocando cambios extremos en el estado de ánimo que fluctúan entre altos emocionales y bajos emocionales. Existen varios tipos atendiendo a la gravedad.
- Trastorno de ansiedad. Caracterizada por la preocupación y sentimientos de miedo, terror o intranquilidad excesivos. Generando a la persona que la padece un importante malestar, afectando al funcionamiento habitual de la persona. Es una de las psicopatologías más frecuentes, junto con la depresión.
- Trastorno adaptativo mixto. Conjunto de síntomas ansiosos y depresivos acompañado de uno o varios factores estresantes que afectan a la vida de una persona. Es una de las enfermedades que causan mayor número de bajas laborales.
- Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Pensamientos obsesivos y compulsivos, ideas fijas recurrentes y persistentes que generan inquietud, temor, ansiedad o aprensión.
El juzgado de lo social nº1 de Barcelona en su Sentencia 16/2021, condena al INSS para que asigne a Matías, un taxista que padece TOC, la incapacidad permanente absoluta. Con un pago adicional de atrasos de casi un año y seis meses, por negarle el aumento de grado mediante un dictamen del entonces ICAM que establecía que el TOC no producía limitaciones funcionales a este trabajador.
- Trastorno de la personalidad. Se trata de un grupo de síndromes donde se manifiesta un patrón prolongado de comportamientos, emociones y pensamientos que no son saludables y resultan inflexibles. Especialmente a la hora de lidiar con el estrés y los problemas cotidianos. Esta conducta provoca serios problemas con las relaciones y el trabajo. Existen hasta 10 tipos distintos, como por ejemplo el trastorno límite de la personalidad, el trastorno de la personalidad paranoica o el trastorno esquizoide de la personalidad.
Por ejemplo, el Juzgado de lo social nº18 de Barcelona, en su Sentencia 90/2019, concede a Carmen, una tele-operadora que padece diversos trastornos mentales graves, como trastorno psicótico y el trastorno límite de personalidad, una pensión por incapacidad permanente, denegada previamente por el INSS. Actualmente, Carmen obtiene una prestación mensual del 100% de su base reguladora con efectos retroactivos, cobrando así los debidos atrasos tomando como base la fecha en que Carmen dejó su puesto de trabajo.
- Esquizofrenia. Atendiendo a lo dispuesto por la OMS, es “una distorsión del pensamiento, las percepciones, las emociones, el lenguaje, la conciencia de sí mismo y la conducta. Algunas de las experiencias más comunes son el hecho de oír voces y los delirios”. Algunos síntomas son por ejemplo la perdida del contacto con la realidad, como la psicosis, sufrir alucinaciones, delirios, o tener pensamientos anormales.
Solicitud de incapacidad
Al solicitar la incapacidad, se debe diferenciar entre solicitar la incapacidad temporal o la permanente. La incapacidad temporal atiende a una sintomatología más corta en el tiempo, con una buena respuesta al tratamiento. A veces, solicitarla desemboca en la incapacidad permanente; ya que debido a la persistencia de la sintomatología, se agota el tiempo máximo que se puede estar en situación de baja laboral, convirtiéndose en una incapacidad permanente. El grado de esta dependerá de la gravedad e interferencia del trastorno depresivo. También se deberá tener en cuenta la posible revisión de la incapacidad una vez ya reconocida, pudiendo ésta agravarse o mejorar.
A la hora de solicitar la incapacidad permanente por trastorno mental, el informe médico pericial juega un papel crucial. Sin embargo, lo más frecuente es que sea el médico de cabecera el que conceda la baja laboral ante algún problema de salud mental. Es durante los 18 meses siguientes a la solicitud de la incapacidad, cuando se recibirá una cita del Tribunal Médico para proceder a un examen por parte de los médicos evaluadores. Siendo su finalidad comprobar si se puede dar el alta, y si resulta de carácter permanente. Recordar que esta valoración la realiza el EVI, un equipo formado únicamente por médicos, que normalmente son un médico inspector y otro facultativo.
Incapacidad permanente
Si se concede la incapacidad permanente, habiendo documentado lo propio para que así sea, probablemente será objeto de revisión por el propio INSS. Una vez revisada, el INSS tendrá un plazo entre los 6 meses y los 2 años, para que se pueda continuar en situación de incapacidad permanente o; por el contrario, la incapacidad sea retirada.
En cualquier caso, ante el riesgo de que el daño psicológico quede invisibilizado ante muchos tribunales y facultativos médicos; aportar un informe psicológico pericial junto al resto de documentos del historial desde el inicio del procedimiento administrativo, será fundamental.
El informe psicológico pericial puede sustentar la incapacidad laboral tanto por causa psíquica, como por causa física que cursa con sintomatología psíquica. El peritaje psicológico compara entre los requisitos de las funciones básicas de la profesión u oficio, y el perfil de las capacidades individuales del trabajador para desempeñar dichas funciones.
Se debe destacar que este informe psicológico pericial podrá usarse como una prueba más en el caso de no obtener el resultado esperado por vía administrativa y sea necesario recurrir a la vía contenciosa-administrativa.
Importancia del informe pericial psicológico
Tal y como hemos podido observar, la salud mental puede tener una repercusión negativa tan significativa e incluso mayor que la salud física. Padecer un trastorno mental es una mochila adicional que cargar a lo largo de la vida. Una mochila que uno debe tener en cuenta al realizar muchos de los actos esenciales de nuestro día a día; como es el desempeño del trabajo.
La invisibilidad que presentan muchas veces los trastornos mentales, puede dificultar el reconocimiento de una incapacidad permanente. Por ello el informe pericial psicológico es crucial si se quiere solicitar la incapacidad permanente, ya que aportar una buena prueba documentada acerca del estado psicológico del trabajador da claridad ante el tabú de las enfermedades mentales.