Cuando se habla de acoso laboral suele venirnos a la mente la imagen de un jefe autoritario que satura con trabajo a un empleado en concreto. Sin embargo, el mobbing no solo aparece verticalmente. Hoy hablaremos de las características del acoso horizontal.
Qué es el acoso horizontal
Al hablar de acoso horizontal hacemos referencia al trato malintencionado que se da entre compañeros/as al mismo nivel. Este tipo de mobbing es menos popular que el vertical, es decir, el ejercido por una persona de cargo superior.
No obstante, que se hable menos de él no implica que suceda en menor medida. ¿Por qué entonces no resulta tan conocido? La razón la encontramos en que suele considerarse una rencilla entre compañeros/as sin mayor importancia.
Igual que sucede con la convivencia en las relaciones, pasar muchas horas junto a una persona o grupo de personas facilita el que aparezcan ciertos roces. Más aún cuando nos encontramos en entornos de trabajo competitivos o en los que se trabaja bajo mucha presión.
Las características del acoso horizontal son prácticamente las mismas que en el vertical, puesto que seguimos hablando de acoso. La diferencia la encontramos en la forma en que se pone de manifiesto, ya que alguien al mismo nivel no podría, por ejemplo, entregarnos toda la carga de trabajo. A continuación, conoceremos cuáles son estas características del acoso horizontal.
Características del acoso horizontal
Como decíamos, las características del acoso horizontal son similares puesto que es un tipo de mobbing. Sin embargo, las razones o la forma en que se da tienen ciertas variantes.
Nivel de jerarquía
La primera diferencia de las características del acoso horizontal está en el rango jerárquico. En este tipo de acoso, tanto el acosador como la víctima están al mismo nivel dentro de la empresa. Por tanto, suele darse entre compañeros/as de trabajo.
A pesar de no tratarse de un superior, las consecuencias de este acoso sobre la víctima son graves. Puede así llegar a sufrirse ansiedad, depresión, fatiga, apatía, problemas de concentración y un largo etcétera.
Presencia de un cabecilla
Otro de los factores importantes en las características del acoso horizontal es la presencia de un acosador y cabecilla. Puesto que en este tipo de acoso no hay superioridad jerárquica, el acosador suele buscar aliados para reforzar el mobbing.
De esta manera, al existir cómplices se hace piña en contra de la víctima, que comienza a sentirse desplazada. Cuando se crea un grupo de apoyo es posible aislar o hacer el vacío y dejar de implicar a esa persona en las decisiones que se tomen.
Causas varias para el acoso
En el acoso laboral vertical decíamos que las causas suelen ser la inseguridad del acosador. La víctima tendría competencias o habilidades que el acosador querría para sí. Por eso, considera que suponen una amenaza para su puesto de trabajo u otro que quiere alcanzar.
En las características del acoso horizontal, las causas también pueden ser envidias y una alta competitividad. Sin embargo, es posible también que comiencen por simple enemistad, diferencias en la forma de pensar o como entretenimiento.
A menudo, quienes participan en el acoso laboral como parte de la piña no suelen tener consciencia de la gravedad del asunto. Hay que recordar que el acoso laboral, en determinados casos, se considera un delito que figura en el Código penal.
La influencia de compañeros/as de personalidad manipuladora arrastra a otros más ingenuos y de carácter más débil a participar en estas acciones. No obstante, el ser manipulado no elimina la responsabilidad del acoso, aun cuando se manifieste a una escala menor.
Para algunas personas puede resultar divertido aislar a un compañero/a, restringir la comunicación e impedir que participe en las decisiones y acuerdos que se tomen. E, incluso, suele darse la vuelta a la situación para que la víctima figure como la responsable. Por ello, es importante contar con profesionales que nos ayuden a conocer las características del acoso horizontal.
Excesiva autonomía en las tareas
Otra de las características del acoso horizontal lo encontramos en la autonomía de la plantilla al realizar el trabajo. En entornos laborales en los que bien por falta de control de la persona responsable, o bien por un exceso de carga de trabajo, los/as empleados/as del nivel inferior disponen de cierta autonomía para realizar sus tareas.
Cuando esto sucede, debido a la baja presencia física de la persona responsable o la incapacidad para supervisar, se potencia la aparición del acoso horizontal. Como suele suceder en el acoso, las víctimas son aquellas personas mejor preparadas o que destacan notablemente por encima del resto del equipo.
Las características del acoso horizontal suelen pasar desapercibidas o, simplemente, no se les da importancia, puesto que se consideran problemas normales dentro de un equipo de trabajo.