El acoso laboral o mobbing consiste en el ejercicio de una violencia sistemática contra una o varias personas. Aunque puede darse en cualquier organización o entorno, los rasgos del acosador son comunes y están perfectamente definidos.
Cómo surge el acoso laboral
Una situación de acoso laboral o mobbing puede aparecer con independencia de la empresa o el sector en el que opere. Sin embargo, existen ciertas características del entorno laboral que pueden propiciarlo o facilitar su aparición.
Así, por ejemplo, podríamos hablar de aquellas organizaciones en las que hay mucha competencia entre el personal. Una plantilla con muchos/as empleados/as dificulta el que una persona pueda destacar por encima de las demás. De esta manera, quienes poseen los rasgos del acosador tratarían de sobresalir sometiendo a quienes consideran que son una amenaza.
También, en aquellas empresas donde la plantilla tienen cierto margen de autonomía, las personas con los rasgos del acosador pueden tomar la voz cantante e imponer sus decisiones al resto. Estos son dos ejemplos hacen referencia a lo que se llama el acoso laboral horizontal.
Por otro lado, encontramos el acoso laboral vertical, que es aquel que se ejerce desde arriba. Es decir, desde alguien con una posición de responsabilidad hacia la persona o personas a su cargo. Las situaciones comunes en este tipo de acoso son la carga excesiva de trabajo, la humillación ante otros compañeros/as o el aislamiento.
No obstante, cuando hablamos de acoso, en cualquier de sus formas, aparece una misma figura: la del acosador. Es importante resaltar que quienes ejercen este tipo de violencia laboral pueden también utilizarla en otros ámbitos de sus vidas. Los rasgos del acosador son los de una persona que carece de empatía; fríos, perversos, mentirosos y con una apariencia que no se corresponde con la realidad.
Los rasgos del acosador laboral
Además de unas características generales, entre los rasgos del acosador laboral destaca una marcada personalidad narcisista. Quienes padecen este trastorno, que aparece en clasificación del DSM-V-TR, tienen el convencimiento de que son superiores a los demás.
Se trata de personas con aires de grandiosidad que necesitan admiración por parte de quienes les rodean. Se sienten en pleno derecho de ser tratados como personas especiales y son arrogantes, aunque en realidad ocultan graves carencias.
Las características que definen los rasgos del acosador, que aparecen también en el trastorno narcisista, así como en el paranoide, son las que veremos a continuación.
Comodidad con la mentira
Uno de los rasgos del acosador más marcados es el de la mentira. Estas personas manipulan la realidad a su antojo y mienten con descaro. Tergiversan los hechos para amoldarlos a su discurso y acusar a la víctima de cualquier mal.
La mentira llega a definir su propia personalidad, pues esta no es más que una imagen falsa sobre sí mismos. Sus propios defectos son los que proyectan sobre los demás, como la envidia, la incompetencia laboral o la ineptitud.
Controladores y perversos
Otro de los rasgos del acosador es el control. Se trata de personas muy listas que pueden detectar con facilidad los puntos débiles en los demás. Sin embargo, puesto que carecen de empatía, juegan con las emociones ajenas sin inmutarse. Es más, se aprovechan de las debilidades de otras personas para obtener sus propios beneficios.
El acosador observa a su víctima, en este caso su forma de trabajar y su personalidad, y obtiene así la información necesaria para manipularles.
Incapacidad para hacer autocrítica
La persona acosadora nunca comete fallos desde su punto de vista. Puesto que tiene rasgos narcisistas, los errores son cometidos siempre por los demás. Sin embargo, con frecuencia realiza críticas destructivas hacia los demás. Como ya hemos comentado en otro de los rasgos del acosador, proyecta en otras personas sus propios fracasos.
Violentas y llenas de ira
De entre los rasgos del acosador, este es quizás el que más se intenta ocultar, ya que podría ser motivo de despido. No obstante, muchas personas acosadoras cuentan con un pasado violento y dan muestras de su ira interna.
Incapaces de tolerar su frustración y con nulas habilidades para la gestión emocional, desprenden rabia por donde quiera que pasan.
Inseguridad y baja autoestima
A pesar de que el acosador laboral se muestra a sí mismo como una persona superior a los demás, el mobbing es una forma de compensar sus propias carencias. Puesto que no poseen las habilidades o las cualidades de la persona a la que acosan, tratan de hundirla para conseguir sobresalir ellos, apropiándose de dichas cualidades.
Como aclarábamos al inicio de este artículo, los rasgos del acosador laboral son siempre los mismos. Tanto si se trata de acoso horizontal como acoso vertical. Dentro de este último, la persona acosadora tiende a ser autoritaria, en lugar de mostrarse como líder. Esto es, con la capacidad para motivar al personal y mostrar empatía.